lunes, 13 de agosto de 2012

Dia 9, Ginebra

La verdad es que es un día sin mucho que contar. Amaneció lloviendo, por lo que no madrugamos ni nada parecido.

Nos dirigimos a Bel Air y durante el trayecto dejó de llover, aunque seguía cubierto pero con buenas expectativas.

Aprovechamos para sacar buenas fotos del chorro de agua (Jet d'Eau) con sol. Nos enteramos de la altura que puede alcanzar (hasta 140 metros) y de que inicialmente, antes de ser una atracción turística, era una forma de aliviar la presión en una central hidráulica en 1886 aunque no en esa localización, a la que fue trasladado en 1891.
El chorro

Cifras

Historia
Tras el chorro comenzamos un tour por la ciudad. Visitamos la parte alta, adornada con las banderas de Suiza y del Cantón de Ginebra, callejeando hasta la catedral de San Pedro. De la catedral bajamos hacia el puerto y nos deleitamos con los jardincillos.






Decidimos parar a comer. La mayoría elegimos un pollo asado con patatas en un puesto de Costa Rica, mientras que Mónica eligió comida tailandesa y cogió unos noodles. Nos sentamos todos en una de las mesas del paseo con vistas al lago.

Antes de comer Borja y Dani tuvieron que ir a sacar dinero de un cajero... Tardaron bastante y es que al parecer, en el país de los bancos, no tienen apenas cajeros!!!

Y para bajar la comida fuimos a comprar algunos souvenirs a una tienda cerca del paseo y aprovechar para llevarlos al hotel. De camino vimos el mausoleo de Charles d´Este-Guelph, duque de Brunswick, que a cambio de dejar una gran suma de dinero a la ciudad en la que murió, exigió la construcción de dicho mausoleo en un lugar eminente y digno de la ciudad. 

En el hotel descansamos un poco y nos cambiamos ya que aunque el día había amanecido cubierto y lloviendo, se había quedado muy buena tarde. Craso error...

Volvimos al centro y esta vez pusimos rumbo hacia el famoso barrio de los pitufos (Les Grottes). Vimos las curiosas viviendas, los jardines, los árboles con formas curiosas!!! No son peculiares por el colorido que tienen, sino también por las formas.




Del barrio de los pitufos fuimos hacia el parque de las Naciones, donde está la ITU-UIT, las Naciones Unidas,... Nos dimos unas carreras atravesando los chorros de agua de la fuente refrescándonos. Todo muy bonito y divertido.
La UIT-ITU





La fuente de la plaza de las Naciones

Y el cielo se empezó a cubrir...

Bajamos al paseo, esta vez a la otra orilla, y mientras estábamos dando una vuelta por los puestos (más dedicados a las atracciones) el cielo se puso negro y empezó a llover.

Al principio no fue mucho y nos refugiamos en un bar que giraba como un tiovivo. Más tarde el bar se convirtió en una isla en medio de una tempestad. La tormenta duró más de media hora. Finalmente escampó y aprovechamos para buscar un sitio donde cenar que estuviera cubierto. Encontramos un local alemán en el que pedimos todos unas hamburguesas con patatas, justo a tiempo porque nuevamente empezó a llover.

Regresamos al hotel y nos preparamos para la última noche en Ginebra y en Suiza.

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