jueves, 9 de agosto de 2012

Dia 4, Monte Pilatus

Amaneció totalmente despejado. Después de un desayuno en el hotel a base de queso, embutido y algún croissant nos dirigimos sin prisa pero sin pausa hacia la oficina de turismo.

Antes de comprar pasamos por el coop de la estación a comprar bebida y la comida del dia. Al llegar a la oficina de turismo tuvimos suerte y no había gente por lo que sacamos rápidamente los tickets del Pilatus golden tour. Este tour de 96 CHF (en algunas webs pone 114 CHF) por persona incluye los teleféricos, el tren cremallera y el barco.

Nosotros decidimos, previa recomendación de la amable mujer de la oficina de turismo, hacer la subida en autobús y teleférico y la bajada en el tren cremallera y barco.
Pilatus Golden Tour

Cogimos el autobus número 1 hacia Kriens hasta la parada Linde-Pilatus. De ahí en 5 minutos andando se llega a donde se coge el teleférico, dividido en 3 tramos. Nosotros como íbamos con los billetes sacados no tuvimos que pagar ni el autobús (nadie nos pidió billetes... algo general en Suiza salvo en los trenes), ni el teleférico, ni esperar la cola que había en las taquillas del teleférico.
Vista desde el primer tramo del teleférico al Pilatus
Nos montamos y en cuestión de unos 20 minutos llegamos al final del primer teleférico, el modelo pequeño de hasta 4 pasajeros. Estábamos en Frakmüntegg. Nos bajamos y no cogimos inmediatamente el otro teleférico hacia la cima, sino que salimos al exterior y vimos las actividades que están disponibles, como tirolinas, puentes de cuerdas, una especie de bogsley (toboggan run)...

El grupo se separó, Borja y Dani decidierón subir por la ruta hasta la cima (unas 2h30m de caminata), mientras que Mónica y yo nos quedamos haciendo alguna actividad. En nuestro caso decidimos montarnos en los bogsley por el circuito de 1350m. La verdad es que al principio asusta un poco ya que el aparato no ofrece protección, pero se controla de maravilla y no es necesario frenar mucho por lo que se suelta bastante adrenalina!!! Tirarse una vez cuesta 8 CHF, y después de ver lo bien que te lo pasas creo que merece la pena coger el bono de 5 descensos que cuesta 36 CHF y lo pueden usar varias personas (hasta 5 jejeje).
El bogsley
El circuito
Cuando acabamos de hacer el descenso por la pista y la subida en el remonte volvimos a la estación y cogimos el teleférico grande hasta la cima del Pilatus.

Llegamos tras otros 10 minutos de subida en teleférico al centro de visitantes donde están los restaurantes, baños, el hotel, y desde donde parten las excursiones que se pueden realizar. Nos las hicimos todas menos una que es un poco más larga mientras esperábamos a que los atrevidos que habían decidido hacer la subida a pie fuean llegando.


Cuando llegaron sería la una de la tarde. Comimos lo que habíamos traido y nos volvimos a separar para que mientras ellos visitaban el centro de visitantes y alguna excursioncilla, nosotros íbamos a hacer la excursión larga (45 minutos ida) hacia la cima del monte a 7000 pies. Las vistas merecen la pena.



Habíamos quedado a las 15 para coger el tren cremallera que desciende hasta Alpnachstad, lugar donde se coge el barco que devuelve a Lucerna. Había mucha gente esperando pero eso está pensado y son varios vagones con capacidad de hasta 40 personas los que vienen y van continuamente. La verdad es que el que dicen que es el tren cremallera más empinado (hasta un 42% de pendiente) no me impresionó mucho, aunque si había unas buenas pendientes y el trayecto duró más de 40 minutos hasta abajo.
Vista del descenso en el tren cremallera
Otra vista de las vias


Vista panorámica desde el tren

Cuando llegamos a Alpnachstad esperamos unos 20 minutos por el barco. Decidimos sentarnos en la cubierta de arriba que está techada en parte y jugar a las cartas. El caso es que cuando pasó el revisor y nos pidió los billetes, empezó a decirnos en un perfecto alemán que esa cubierta era de primera clase (salvo porque tienen camarero no se diferencia nada) y que o bajábamos a la de segunda o pagábamos la diferencia. Tardamos en entenderle porque era muy cerrado aún cuando nos lo dijo en inglés. Bajamos a la segunda clase y allí recorrimos el lago a la sombra disfrutando de las vistas.
Vista del lago de los 4 cantones

Vista del lago de los 4 cantones

Cuando finalmente llegamos a Lucerna nos dirigimos al hotel a descansar un poco y fuimos a cenar a un indio que había cerca y que cerraba tarde. Nos entendimos perfectamente con el camarero indio, porque según nos dijo (hablaba un poco de español) era portugues y estaba trabajando allí en Suiza. La comida estaba muy rica y nos salió bastante barato.

Dimos un último paseo por la zona cercana al hotel y nos fuimos a la cama.

1 comentario:

  1. Buenos días,

    Me gusta mucho como lo tienes todo explicado.
    Voy a ir con mi perro este verano a Suiza. Me gustaría saber si recordáis ver algún perro en los trenes, teleféricos... turísticos o si sabeis algo sobre el tema.

    Un saludo,
    Gracias

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