miércoles, 8 de agosto de 2012

Dia 1, Madrid - Lausana - Gruyères - Lausana

Nos levantamos temprano para ir a Barajas a coger el vuelo de Air Europa que nos llevaba directos a Ginebra. El avión despegó puntual y a las 8:50 aterrizamos en Ginebra con un cielo totalmente cubierto.

Imagen de la Vignette del 2012
Recogimos el coche de alquiler que, como de costumbre, no fue el que habíamos alquilado. En este caso alquilamos un Opel Astra y nos dieron un Opel Zafira. La primera duda que teníamos quedó despejada cuando vimos el parabrisas del coche. Sí, venía con la "Vignette" suiza del 2012. La Vignette es una tarjeta que permite circular por todas las autopistas de peaje del país. Cuesta unos 30€ y dura todo un año, por eso es interesante que el coche ya la lleve.




Una vez que salimos del parking del aeropuerto y tuvimos el GPS conectado nos dirigimos a Lausana, mitad del camino por autopista, y mitad cerca del Lago Leman a ver si veíamos algo de paisaje. Llegamos al hotel (Ibis Lausane Centre) sobre las 11:15. Dejamos el equipaje en la habitación y salimos rumbo a Gruyères (zona de quesos).
El pueblo es muy pequeño y se ve en 30 minutos (sin entrar al castillo).

Gruyères
Gruyères





Tras ello decidimos comer en un restaurante de los muchos que hay en los que se ofrecen los platos típicos de la zona, la fondue y la raclette. La fondue la conoce todo el mundo, un cuenco con queso, aceite o chocolate (dependiendo de si la fondue es de queso, carne o chocolate) en el que con unos tenedores especiales se van introduciendo pan, carne o frutas. La raclette no la conocíamos. Es un aparato donde se pone un bloque de queso bajo una resistencia que lo va fundiendo poco a poco. Entonces, con una especie de espátula se retira el queso fundido y se vierte sobre patatas o pan. Los platos estaban deliciosos y nos saciamos de queso. Tras la opipara comida el próximo destino era el Chateau de Chillon.

Cubiertos fondue y raclette


Raclette (izq) y Fondue (dcha)
El castillo típico que sale en muchas fotos de Suiza. Aparcamos y visitamos un poco los jardincillos que hay en el embarcadero, tras lo cual entramos a visitas el castillo. Esta perfectamente conservado y si le falta algo son tal vez las piezas del mobiliario, ya que salvo unos pocos elementos no tiene nada. No obstante es una visita muy recomendada y no demasiado cara (12 CHF).

Chateau Chillon


Tras ver el castillo volvimos a Lausana, dejamos el coche en el parking del hotel y salimos a pasear por sus calles y ver la catedral. Cenamos y nos retiramos a dormir prontito que habíamos madrugado bastante.  
Catedral de Lausana


Vista lejana de la catedral de Lausana

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