Amanece otro bonito día en Lucerna. En este caso tras otro desayuno compuesto a base de bollos y embutido hicimos el check-out y nos dirigimos al parking a recoger el coche. Mi amigo Borja tuvo que pagar un recargo en el hotel de 5 CHF por perder la tarjeta con el código de la puerta de la habitación en la subida que hizo al Pilatus... no me parece bien que por un trozo de papel plastificado te cobren pero...
El primer destino del día era Meiringen, o más concretamente las gargantas del río Aare. La visita nos costó 7,5 CHF por persona (no se puede pagar con tarjeta). El paseo a través de la garganta del Aare dura aproximadamente 45 minutos en cada sentido. Hay un tren que va por fuera y comunica ambos extremos para por si alguien no quiere hacer el mismo camino 2 veces. En nuestro caso preferimos hacerlo caminando por el bonito paisaje que ha esculpido el caudaloso rio Aare.
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Garganta del Aare |
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Garganta del Aare |
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Garganta del Aare |
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Garganta del Aare |
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Garganta del Aare |
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Garganta del Aare |
Tras la visita a la garganta tomamos rumbo a la casa que habíamos alquilado en las inmediaciones de Thun. La idea era ir a la casa, verla y marcharse inmediatamente a comprar. Esto nos resultó más dificil de lo que pensábamos porque si bien no llegamos mal a la casa siguiendo el GPS. La casa en cuestión era la planta de arriba entera de una casa de campo de las de allí. El dueño, Martin, nos recibió cuando llegamos, nos enseñó las habitaciones, nos indicó dónde teníamos toallas, sábanas, etc, y se marchó.
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Casa que alquilamos |
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Casa que alquilamos |
Tras echar un vistazo rápido y repartirnos los cuartos, volvimos en coche en busca de alguna tienda abierta. Pero la combinación domingo y fiesta nacional resultó una pesadilla. En la ida habíamos visto un Coop grande que parecía abierto, pero cuando lo encontramos después de muchas vueltas y porque Borja recordó que estaba frente a un McDonald (algo fácil de localizar en el GPS) estaba cerrado. Finalmente acabamos comprando algo en el coop de una gasolinera.
Volvimos a la casa y nos acomodamos. dejamos la compra, comimos y descansamos un rato. Por la tarde decidimos dar una vuelta por Interlaken para comprar los billetes a la excursión al Jungfrau. Esta iba a ser la segunda odisea del día.
Cuando llegamos a Interlaken muchas calles estaban cortadas por estar en fiestas. Fiestas que consisten en que cada uno se compra sus petardos o fuegos artificiales y los lanza en un prado en el que hay 4 bomberos por si acaso. No hay policia, no hay apenas ruido y aunque hay mucha gente reina una paz que sorprende.
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Prado de los fuegos |
La excursión al Jungfrau es muy cara. Son muchos trenes cremallera desde Interlaken Ost, y cuesta unos 190 CHF por persona. Afortunadamente España había ganado la Eurocopa y nos hacían un precio especial con un descuento del 50%. Esto lo hicieron por primera vez durante la Eurocopa de 2008 en Austria y Suiza, y este año han repetido pero sin darle tanta publicidad y exigiendo que las entradas se comprasen a través de Internet.
De ahí que cuando vimos que la oficina de turismo estaba cerrada buscásemos un cibercafé con impresora. Encontramos de camino al centro un hotel en el que muy amablemente nos dejaron un ordenador y la impresora desde él que realizar la compra. Comprar lo compramos bien, pero la sorpresa llegó a la hora de imprimir. El PC estaba configurado de forma que no se pudieran descargar ficheros y en lugar de enviar los billetes al correo, se enviaban sólo enlaces...
Por tanto habíamos pagado pero no teníamos los billetes... Seguimos el paseo y cual no fue nuestra alegría (y alivio) al ver un bar con internet. Cuando entramos vimos que tenían impresora dimos palmas con las orejas. Además los dependientes eran cubanos!!! Tuvimos que ayudar a un matrimonio español que estaba intentando hacer lo mismo que nosotros (coincidencias!!!!) y tras ayudarles a ellos nos imprimimos nuestros maravillosos tickets.
Tras tomar una cerveza y un refresco en uno de los puestos de la calle nos fuimos a casa ya que teníamos todavía un paseito.
Y empezó la tercera aventura del día!!! El Sygic que llevábamos cargado en el teléfono se volvió loco y empezó a llevarnos por un camino secundario que ascendía la montaña. A la par que cada vez estábamos más desorientados se iba haciendo de noche y empezaban a caer algunas gotas. Tras muchas vueltas completamente a oscuras, nos indicó por fin un giro a la derecha... parecía un camino de cabras pero lo cogimos y tras 5 minutos en los que sólo se veía cesped a ambos lados llegamos, todavía no sé cómo ni por dónde, a la casa.
Y justo a tiempo porque según llegamos se desató una tormenta con viento, agua,... Eran cerca de las 12 de la noche y ni cenamos, rápido a la cama que al día siguiente Mónica y yo teníamos que madrugar para ir a coger uno de los primeros trenes hacia el Jungfrau!!!
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